Muy queridas hermanas:
En torno a la celebración Eucarística
nos reunimos, hoy, para dar inicio a la segunda sesión del Capítulo. La misión confiada por la Provincia a las
Hermanas capitulares es de suma importancia por la trascendencia que tiene
tanto para el presente como para el futuro de la Provincia Congregación, y de
la Iglesia.
Gracias Hermanas por su sentido de
pertenecía expresado en la participación activa y responsable en el estudio realizado en las comunidades locales
y los aportes sobre los diferentes temas propuestos a lo largo de este año
como preparación a la segunda sesión
capitular.
Necesitamos la sabiduría, la fuerza y
el coraje que provienen del poder de Dios, para
que animen nuestra fidelidad para responder como testigos del Evangelio.
Necesitamos escucha y obediencia al llamado de Dios que a través
de la voz del Papa Francisco, nos pide dejar atrás “una vida mundana bajo ropajes espirituales o pastorales”, para
respirar el aire puro del Espíritu Santo que nos libera de estar centradas en
nosotras mismas, escondidas en una apariencia religiosa vacía de Dios.
El Papa nos invita a pedir al Señor,
la docilidad al Espíritu Santo que viene a nosotras y nos empuja a tomar un
camino más evangélico y nos hace ir adelante, “en salida” para que con la
fuerza del amor y el coraje del Espíritu de Dios no nos dejemos quitar el
Evangelio.
Necesitamos reconocer, desde la fe,
que el Señor obra en nuestra historia, y nos llama a la colaboración y al
discernimiento para dar lo mejor de nosotras mismas, según nuestra identidad,
como Hermanas de la Caridad dominicas de la Presentación.
Necesitamos vestirnos con las armas
de la luz, de la libertad, del coraje del Evangelio para escrutar el horizonte,
reconocer los signos de Dios y obedecerlos, con opciones evangélicas atrevidas
propias de quien confía con radicalidad en Dios al estilo del humilde y del
pequeño.
María nuestra madre, de quien
celebramos su fiesta hoy, supo reconocer
las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en
los que parecen imperceptibles, interceda por nosotras para que sepamos leer el
presente, escrutar el futuro y en docilidad, obediencia y coraje evangélico
tomar las decisiones necesarias para
vivir como discípulas del Maestro este momento favorable, este momento
de salvación.
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