Estamos reunidas en capítulo para hacer círculo, unidad, alrededor de quien nos convoca: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados en círculo alrededor de él dijo: ¡Miren estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que haga la voluntad de mi padre del cielo ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. (Mc 3,32-35)
Sentadas, en actitud discipular, dispuestas a escuchar al Maestro y Señor.
Sentadas, en actitud de apertura al Espíritu Santo que nos guía e ilumina.
Sentadas, en actitud de discernimiento, dispuestas a escrutar las diferentes llamadas
Sentadas, en actitud de búsqueda fraterna para hallar unanimidad y consenso.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

PALABRAS DE HNA. FANNY YOLANDA - EUCARISTÍA DE APERTURA SEGUNDA ETAPA DEL CAPITULO - O8 DE DICIEMBRE 2014

Muy queridas hermanas:

En torno a la celebración Eucarística nos reunimos, hoy, para dar inicio a la segunda sesión del Capítulo.  La misión confiada por la Provincia a las Hermanas capitulares es de suma importancia por la trascendencia que tiene tanto para el presente como para el futuro de la Provincia Congregación, y de la Iglesia. 
Gracias Hermanas por su sentido de pertenecía expresado en la participación activa y responsable en el  estudio realizado en las comunidades locales y los aportes sobre los diferentes temas propuestos a lo largo de este año como  preparación a la segunda sesión capitular.
Necesitamos la sabiduría, la fuerza y el coraje que provienen del poder de Dios, para  que animen nuestra fidelidad para responder como testigos del Evangelio.
Necesitamos escucha  y obediencia al llamado de Dios que a través de la voz del Papa Francisco, nos pide dejar atrás “una vida mundana bajo ropajes espirituales o pastorales”, para respirar el aire puro del Espíritu Santo que nos libera de estar centradas en nosotras mismas, escondidas en una apariencia religiosa vacía de Dios.
El Papa nos invita a pedir al Señor, la docilidad al Espíritu Santo que viene a nosotras y nos empuja a tomar un camino más evangélico y nos hace ir adelante, “en salida” para que con la fuerza del amor y el coraje del Espíritu de Dios no nos dejemos quitar el Evangelio.
Necesitamos reconocer, desde la fe, que el Señor obra en nuestra historia, y nos llama a la colaboración y al discernimiento para dar lo mejor de nosotras mismas, según nuestra identidad, como Hermanas de la Caridad dominicas de la Presentación.
Necesitamos vestirnos con las armas de la luz, de la libertad, del coraje del Evangelio para escrutar el horizonte, reconocer los signos de Dios y obedecerlos, con opciones evangélicas atrevidas propias de quien confía con radicalidad en Dios al estilo del humilde y del pequeño.

María nuestra madre, de quien celebramos su fiesta hoy,  supo reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en los que parecen imperceptibles, interceda por nosotras para que sepamos leer el presente, escrutar el futuro y en docilidad, obediencia y coraje evangélico tomar las decisiones necesarias para  vivir como discípulas del Maestro este momento favorable, este momento de salvación. 

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